Los días 14 y 15 de Noviembre Juan Moreno, CEO de ST genetics tuvo la amabilidad de aceptar la invitación de Distrigen y acudió como ponente a las XVII Jornadas Técnicas organizadas por Seragro en la Universidad de Lugo.
El día 14 compartimos con él una interesante jornada con nuestros distribuidores y algunos de nuestros clientes en la que nos expuso diferentes temas de actualidad seguido de un animado debate.
El día 15, con una conferencia titulada “Aplicando biotecnología para la producción sostenible de producción animal en un mundo con billones de habitantes”, habló acerca de la importancia de la utilización de los avances bio-tecnológicos en los sistemas de producción de proteína para poder satisfacer la demanda mundial.
A continuación, presentamos un resumen de esta interesante charla.
En un mundo superpoblado, donde, según previsiones de la ONU, en 2050 se van a llegar a los 9.000 millones de habitantes, es imprescindible que las vacas produzcan más leche, de forma más eficiente, y dañando lo menos posible el medio ambiente. Somos responsables de producir más, con menos.
Como productores de proteína animal, a través de la leche y también de carne como producto final, somos responsables de garantizar la sostenibilidad del sistema y de crear nuestro propio futuro.
Juan Moreno apeló al trabajo en conjunto de todos los participantes de la industria lechera para alcanzar el objetivo y lanzó un interesante mensaje en cuanto a la responsabilidad de los productores de proteína, no solo con el medio ambiente, sino también con los propios animales que cuidamos y principalmente, con los seres humanos que habitan el planeta, ya que somos responsables de su alimentación.
La integración de las nuevas tecnologías, dijo, nos va a permitir avanzar de una manera más rápida y más eficiente para podernos adaptar, también, a los cambios que los consumidores demandan.
Las principales herramientas para conseguirlo son la genética y la alimentación.
Dentro de la genética, contamos con diferentes herramientas, siendo el genotipaje, la más valiosa y potente de ellas, ya que es la que permite el avance más rápido con una gran fiabilidad. Supone un ahorro de tiempo y de dinero.
El semen sexado, afirmó, es otra de las tecnologías que debemos emplear. La efectividad del producto, con millones de dosis producidas, alto índice de hembras obtenidas y altos ratios de fertilidad, está más que contrastada. Además, la Universidad de Cornell (USA), en un estudio realizado en 2014, analizadas 2.39 millones de lactaciones en 1,4 millones de vacas, concluyó que las vacas que paren hembras, producen 980 lbs. más de leche en su lactación que si paren un macho.
Unido al genotipaje y al semen sexado, hay otras tecnologías genéticas como los programas de acoplamientos, a través de los cuáles predecimos, no sólo el futuro inmediato, sino el futuro de la siguiente generación, obteniendo los mejores animales. También hay diferentes tecnologías reproductivas y asociadas al diagnóstico.
En cuanto a la alimentación, afirmó que debemos empezar a seleccionar los animales por conversión alimentaria y se está desarrollando la tecnología para poder hacerlo. Con los datos de producción y el nº de vacas actuales (274 millones), no podremos alimentar a los 9 .000 millones de habitantes que habrá en 2050. Y no hay tierra suficiente en el mundo para poder mantener el número de vacas que harían falta, que sería, prácticamente el doble de las que actualmente existen (525 millones). Nos toca, por lo tanto, producir más con menos, es decir, incrementar la producción con un menor consumo de alimento.
STgenetics lleva con este proyecto del estudio de la conversión alimenticia 6 años y ha concluido, a través de pruebas reales, que las hijas de los mejores toros en conversión alimenticia consumen 13 lbs. menos de alimento al día, que las hijas de los peores toros. Para producir la misma cantidad de leche.
El USDA lleva estudiando la conversión alimenticia, 5 años. En la presentación de sus resultados, vino a corroborar lo que STgenetics ya había descubierto. Que la heredabilidad de la conversión alimenticia es alta, del 0.21. Es decir, es un factor que se puede mejorar rápidamente.
La Universidad de Florida y la de Wisconsin, están estudiando también la mejora de la conversión alimenticia.
Es el tema más candente que existe en este momento, por una sencilla razón; el 87% de nuestros consumidores, y por lo tanto, de votantes, viven en las ciudades y no quieren que utilicemos más tierra. Y no quieren más vacas porque según ellos, las vacas producen demasiado metano y CO2. Contra eso, no podemos luchar. Y no nos queda más que adaptarnos.
Concluyó su charla con un claro mensaje: todos los que formamos parte de la industria lechera debemos colaborar y ayudarnos para poder alcanzar nuestro objetivo: un producto de excelente calidad, que satisfaga al consumidor final y que sea producido de una manera ética, cuidando del medio ambiente y protegiendo el bienestar animal.